domingo, 4 de marzo de 2012

MFC, ¿VARADO / RENOVADO?

Escribo estas líneas el día que celebramos la fiesta de la Presentación de Jesús, “Las candelas”. También fiesta de la Vida Consagrada. Como sacerdote-religioso me he preguntado si la Vida Consagrada está anclada o vive renovada.
Esta misma cuestión me da píe para reflexionar y escribir sobre el Movimiento Familiar Cristiano aquí en Logroño. MFC ¿vives anclado o renovándote cada día?
Los grupos en Logroño lo forman personas con edad muy avanzada. Desde hace bastantes años se aprecia que no entran parejas jóvenes al MFC aquí. En ocasiones aprecio que esta realidad riojana del MFC se vive con tristeza. Esto conlleva un peligro: quedarse varados, dormitar y dejarse morir arrastrados por la ola de la tristeza y el pesimismo. Según envejecemos podemos anclarnos al pasado o elucubrar con la preocupación sobre el futuro, y perder de vista el presente. Y esto puede significar que dejemos de luchar y renovarnos.
En las celebraciones de los cuarenta años del Movimiento aquí en La Rioja, os invito al optimismo y a la esperanza. Primero dando gracias a Dios y a los hermanos. Hemos llegado hasta aquí y lo festejamos. Pero también debemos vivir el presente con esperanza, con frescura mental y espiritual, a pesar de los años. Pensemos qué sería de nuestra tierra sin los inviernos; sin las grandes lluvias y las nieves que llenan los acuíferos para el resto del año; qué sería sin los fríos y heladas que matan de bichos las tierras fértiles; qué sería del hombre sin periodos de interioridad; sin tiempos de buscar y cuidar sus raíces y de mirar lo profundo de su corazón. Los inviernos con sus días cortos y sus noches largas nos invitan al recogimiento, a la vida “en el hogar”, a más y mejores relaciones personales y familiares, a encontrar el sentido y el fundamento de nuestro ser y de nuestra hacer.
Por tanto, sí, es verdad, el MFC, aquí en La Rioja, está viviendo la cruda realidad del invierno. Pero puede ser motivo para pensar cómo vivir más y mejor la espiritualidad cristiana en familia; las relaciones de pareja; la relación de padres, hijos y abuelos; cómo puede mejorar sus reuniones de grupo y encuentros; cómo iluminar y sanar sus heridas y durezas; cómo puede mejorar tantas perlas y brillantes cada uno en su familia; cómo puede dar viva a lo que es y hace como Movimiento Familiar Cristiano, etc.
También invito a ampliar, a abrir la mirada. A ver el futuro mirando fuera de nuestra región, hacia otras zonas donde está implantado el Movimiento. Aquí estaremos en invierno, pero en otros “ecosistemas” como MFC están viviendo en primavera. Hay matrimonios y familias más jóvenes. Ello nos anima a vivir con frescura, en esperanza y en renovación permanente.
Julián Ojeda García cmf.
Misionero Claretiano

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